¿Saben la historia del eclipse de luna que el 29 de febrero de 1504 salvó la vida a Cristóbal Colón y a su hueste de morir de hambre en Jamaica?
El cuarto viaje de Colón hacia el Nuevo Mundo se inició el 3 de abril de 1502. Partieron desde Sevilla hacia América con escala en Cádiz 144 personas embarcadas en dos carabelas y dos navíos: Santa María (otra Santa María), Santiago de Palos, el Gallego y el Vizcaíno.
Trataban de encontrar un paso hacia las islas de la Especería, las Molucas. Con ese fin recorrieron la práctica totalidad de la costa de Centroamérica. Evidentemente fracasaron. Todavía no existía el canal de Panamá…
La expedición recaló en Veraguas, en el actual Panamá, donde se encontró con los indios guaimíes que un principio eran amistosos pero que con el tiempo se cansaron de la presencia de los españoles y de que les quisieran convertir al cristianismo y la emprendieron a palos con los marineros de Colón. A pesar de que los españoles se defendieron con sus espadas y arcabuces, los indios los superaban en número, causaron la muerte de varios cristianos y Colón decidió que lo mejor era embarcarse y detenerse en algún lugar donde hubiera gentes más pacíficas.
Encontrándose en alta mar, Colón se percató que todos los barcos estaban afectados por la broma, un molusco que gusta de comerse la madera. El riesgo de naufragio era inminente y la isla más cercana donde podían recalar era Jamaica que había sido puesta en los mapas por el almirante en 1494.
Los marineros de Colón encallaron los barcos en las arenas de las playas de Jamaica en junio de 1503. Construyeron un campamento fortín con la madera de los barcos que aún era aprovechable y entablaron relaciones amistosas con los indios que habitaban aquella isla logrando que les ofrecieran y dieran comida.
Colón ordenó a uno de sus marineros, Diego Méndez, que fuera a la isla de La Española a pedir ayuda al gobernador Nicolás de Ovando. La isla de Jamaica se encuentra cerca de La Española, pero ir de una isla a otra en canoa es una odisea. El caso es que Diego Méndez llegó a La Española medio muerto después de cuatro días de travesía, pero logró comunicar al gobernador la situación de Cristóbal Colón en Jamaica. Seis meses tardó en llegar la ayuda.
Durante ese tiempo la convivencia pacífica con los indios se fue tornando cada vez más tirante y además, entre los españoles cundió la discordia, las peleas y las enfermedades. El caso es que llegó un momento en que los indígenas cortaron el suministro de alimentos lo que aseguraba la muerte segura de toda la expedición.
Y aquí es cuando llega la genialidad del almirante. Cristóbal Colón tenía en su posesión el “Almanaque Perpetuo” de Abraham Zacuto. Gracias a ese libro sabía que el día 29 de febrero de 1504 la tierra se interpondría entre la luna y el sol causando un eclipse algo que ocurre cada dieciocho años.
El almirante se encaminó a uno de los poblados de los indios y les conminó a que les volvieran a dar comida. En caso de no hacerlo, los dioses los castigarían. En prueba de ello la luna se oscurecería en unos días. Cuando el eclipse se produjo, los indígenas volvieron a proporcionar comida.
Los españoles fueron rescatados el 29 de junio de 1504 gracias a una carabela enviado por Diego Méndez. Colón regresó a España el 7 de noviembre de ese mismo año y moriría el 20 de mayo de 1506 en Valladolid. Este fue su último viaje al Nuevo Mundo.