Por primera vez un paso fue cargado exclusivamente por mujeres por las calles de Toledo.
El pasado sábado, la Hermandad-Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno y su Santísima Madre de los Dolores, con sede en la Iglesia de Santiago el Mayor, recorrió las históricas calles de Toledo con sus dos tallas: Nuestro Padre Jesús Nazareno, que representa a Jesús Cautivo maniatado y con escapulario Trinitario, y María Santísima de los Dolores, una Virgen Dolorosa de 160 cm de altura, de candelero para vestir con brazos articulados, tallada en madera de cedro y policromada al óleo.
La Hermandad y Esclavitud se fundó en el Convento de Trinitarios. La «Liberté, Égalité, Fraternité» de las tropas de Napoleón provocaron un incendio en el edificio. Tras el incendio del templo en 1813, las imágenes se trasladaron a la Parroquia de San Isidoro y actualmente se veneran en la iglesia de Santiago el Mayor que data nada menos que del siglo XIII y que se encuentra en las proximidades de la Puerta de Bisagra.
El paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno salió como es habitual a hombros de los varones de la Hermandad dejando imágenes de gran belleza a su paso por las calles de Toledo. Pocos saben que bajo el pelo natural que cubre su cabeza se pueden ver las huellas que dejó un disparo en plena Guerra Civil Española.
La segunda de las tallas, Santísima Madre de los Dolores, recorrió las calles de Toledo haciendo historia por dos motivos: por primera vez un paso de Semana Santa era portado únicamente por mujeres y también por primera vez, llevaban al frente a una capataz; la malagueña Carmen S. Cantos que, con gran presteza y dirección, supo guiar el paso por las estrechas y empinadas calles toledanas. Veinte mujeres soportaron estoicamente la carga del bello paso de la procesión del Santo Encuentro durante las horas que duró la Procesión de Penitencia.