Dana Valencia

Un año después de la dana en Valencia

No hay Memoria sin Justicia

Un funeral debería ser un acto de recogimiento, respeto y silencio. Un espacio íntimo y solemne para acompañar a las familias en su dolor y rendir homenaje a quienes ya no están. Lo que hemos visto hoy, sin embargo, ha sido todo lo contrario: un desfile institucional cuidadosamente preparado no para consolar, sino para capitalizar la tragedia.

Todavía resuenan en la memoria de muchos españoles las palabras frías y despersonalizadas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: “Si necesitan ayuda, que la pidan”. Aquella frase, pronunciada en plena catástrofe, sigue doliendo porque simboliza la distancia entre un país conmocionado y un poder que se mostró ausente.

Las lágrimas de las familias se han convertido en decorado de un espectáculo político que busca blanquear la negligencia y el abandono institucional. Hoy se ha hablado de unidad, de esperanza y de memoria… pero no de verdad, ni de errores, ni de las decisiones —o la falta de ellas— que costaron la vida a cientos de personas arrasadas por el agua en un desastre que pudo y debió evitarse.

Cuando el dolor se convierte en herramienta de propaganda, la compasión se transforma en cinismo. Lo ocurrido hoy no ha sido un homenaje, sino una escenificación: el intento de apropiarse del duelo colectivo para reescribir una tragedia que aún exige respuestas.

Las víctimas no necesitan discursos vacíos, sino justicia. Y si hubo negligencia, debe haber responsabilidad penal. De lo contrario, lo que hoy se ha presentado como homenaje quedará como lo que realmente ha sido: una ofensa al dolor de todo un país.

Compártelo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *